Nos ayuda a entender el impacto de nuestras actividades en los recursos hídricos. Hay tres tipos principales de huella hídrica: la huella azul, que se refiere al agua superficial y subterránea utilizada en la producción; la huella verde, que representa el agua de lluvia consumida por las plantas durante su crecimiento; y la huella gris, que calcula el volumen de agua necesaria para diluir los contaminantes generados en la producción.
Al comprender estos tipos de huella hídrica, podemos tomar medidas para reducir nuestro consumo de agua y preservar este recurso vital para las generaciones futuras.