El agua virtual representa el volumen de agua utilizado de manera indirecta en la producción de bienes y servicios que consumimos diariamente. Cada producto tiene un “costo oculto” de agua, desde los cultivos que alimentan a los animales hasta los procesos industriales que los transforman.
Por otro lado, la huella hídrica mide el uso total del agua, ya sea directa o indirecta, por individuos, comunidades o empresas. Se divide en tres tipos principales:
Huella Azul, que incluye agua extraída de ríos, lagos o acuíferos;
Huella Verde, asociada al agua de lluvia usada en cultivos, y Huella Gris, que calcula el agua requerida para diluir contaminantes generados. Por ejemplo, ¡una taza de café necesita 140 litros de agua y una camiseta de algodón 2,700 litros!
Reflexionar sobre estos datos nos ayuda a comprender el impacto de nuestras elecciones de consumo y a tomar decisiones responsables para conservar el agua, un recurso vital para la vida.