ESCASEZ DE AGUA.

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La escasez de agua se ha convertido en un desafío crítico a nivel mundial, afectando a diversas regiones del planeta. Esta problemática representa una amenaza para la seguridad alimentaria, el desarrollo económico y el bienestar de millones de personas.

Teniendo en cuenta que el agua es un recurso limitado, solo el 2.5% de ella es dulce, y parte de este porcentaje se encuentra congelada en los polos, por su parte el 97.5% restante es agua salada, lo que significa que la disponibilidad de este recurso para el consumo humano es sumamente limitado, si se toma en cuenta que en el mundo habitan siete mil millones de personas.

En algunos casos, dependiendo de la región y con mucha más frecuencia de lo que se pensaría, el agua es un recurso inaccesible. Ya sea por no contar con cuerpos de agua superficiales o bien, por no contar con la infraestructura para extraerla del subsuelo.

No obstante, los factores que están estrechamente relacionados con la escasez son: A) el cambio climático; B) las alteraciones en los patrones de precipitación y; C) el aumento de las temperaturas; derivando en la desertificación y la sequía, que a su vez promueven el estrés hídrico.

El ciclo natural del agua, es fundamental para la infiltración del agua de lluvia hacia los mantos acuíferos, recargar los ríos, lagos y lagunas, resguardar el vital líquido en represas, así como la captación de lluvia, interviniendo el recurso para destinarlo al consumo humano.

Paralelo a la demanda de agua para el desarrollo de las actividades humanas, ha surgido el estrés hídrico como un fenómeno presente en todo el mundo. De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura, esta condición se da cuando se extrae el 25% o más del volumen total de las aguas subterráneas, lo que se traduce en un problema global.

En Matehuala, así como en la región, la media anual de las aguas pluviales, es de 406 mm, siendo una zona semidesértica sin fuentes de abastecimiento superficiales, se incurre en la extracción de los recursos hídricos, y por ende en la sobre explotación, ya que toda el agua que se extrae no logra reponerse con las lluvias.

En resumen: escasez, sobre explotación, estrés hídrico, desertificación, sequía y cambio climático, son los componentes que se ven implicados ante la disponibilidad y la demanda de agua.

Los retos asumir, consecuentemente se insertan en la gestión de los recursos hídricos para garantizar la seguridad alimentaria, el saneamiento, la resiliencia ante el cambio climático, así como el desarrollo económico.

En respuesta deben atenderse las pérdidas de los sistemas de distribución de agua, la reutilización segura de las aguas residuales, la desalinización (donde haya la factibilidad), la distribución equitativa de este recurso, así el uso de datos, y tecnologías para el ahorro de agua en los usos comercial, industrial, agrónomo, doméstico y público, campañas de sensibilización para su cuidado y uso eficiente así como fomentar dietas y consumos sostenibles.

Si bien, para el Organismo Operador SAPSAM, la desalinización no es una opción, el compromiso está puesto sobre todas las propuestas que se hacen a través de la Gestión Integrada de los Recursos Hídricos, para que en la ciudad de Matehuala el agua limpia y el saneamiento para todos, como lo designa el numerario seis de los Objetivos del Desarrollo Sostenible, sea una realidad.

No obstante a que el Organismo, ponga todo el empeño en dotar de agua a la ciudad, es el compromiso de todos es preservar los recursos hídricos, a fin de garantizar su disponibilidad para las presentes y futuras generaciones.

Este es el momento de emplear todas las recomendaciones que SAPSAM y sus homólogos despliegan para el rescate del agua, o mejor dicho, para el rescate de la humanidad.