De acuerdo con estimaciones y sin contar tarjetas bancarias, créditos de vivienda o adquisición de automóviles, de las 32 mil familias que habitan en Matehuala, más de las dos terceras partes está involucrada con algún tipo de deuda, en su mayoría enfrenta cobros por haber adquirido artículos del hogar, motocicletas o teléfonos celulares.
Una encuesta realizada revela que la población adquirió estos compromisos de pago, en los últimos 20 años, coincidentemente con la llegada e instalación en Matehuala, de dos o tres tiendas comerciales que facilitan los créditos por estos artículos.
Estas deudas, que generalmente se pagan mediante los llamados “abonos”, ya sea chiquitos o grandes, han generado en la población preocupaciones, malestar y en algunos casos hasta la aparición de enfermedades que no se tenían antes de ser deudoras o deudores.
Más que la deuda en sí, lo que agobia a las familias matehulenses que deben a estas dos o tres conocidas casas comerciales, es el sistema de cobro, en el que intervienen cobradoras o cobradores que aplican medidas de presión o prácticas que en muchas ocasiones son ilegales y hasta se pueden tipificar como delitos.
Las prácticas que mortifican a deudores.
Lo que más agobia a quienes les deben a estas cadenas comerciales, es lo que ellos mismos llaman la “terquedad de los cobradores”, quienes entre otras prácticas, hacen constantes vistas a los domicilios, llamadas telefónicas frecuentes y hasta en horas inhábiles buscan a quienes no han pagado sus abonos, incluso hay quienes afirman que los cobros también se llegan a realizarse en lugares de trabajo.
Pero según la encuesta, lo que más rechazan las personas que deben, es que las o los cobradores usan la violencia o aplican medidas intimidatorias que ocasionan malestar o incuso, daños a la salud.
Sin embargo, muchas de las personas que sacaron en abonos algún bien, desconocen a que muchas de estas prácticas están prohibidas por la ley.
Las verdades sobre las deudas.
Hay todavía en la población muchos mitos sobre como dejar de mortificarse por deudas, pero lo más común, es que las perronas desconocen las disposiciones legales sobre cobranzas.
En primer lugar, deber no representa ningún delito; NO es un tema penal, es un tema civil. Es decir, a nadie van a meter a la cárcel si no puede pagar.
Lo más grave podría ser que sufra un embargo o que le retiren al teléfono celular, la moto, la televisión o el objeto que compró a crédito, pero esto solo puede determinarlo un juez, mediante un juicio.
Usar la violencia o la intimidación, a través de cualquier medio, para requerir el pago de una deuda es un delito que puede ser castigado incluso con cárcel.
Los actos de cobranza extrajudicial ilegal, pueden ser sancionados con penas que van de uno a cuatro años de prisión o multas de 50 mil hasta 300 mil pesos, según el código penal.